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carmenberenguer

El infierno de cada verano

Texto propuesto en clase con un ejemplo de esquema y resumen

 

EL INFIERNO DE CADA VERANO

 

            Como cada año a partir del quince de agosto,  más o menos-salvo que llueva-los pirómanos  desatan toda su capacidad incendiaria sobre la provincia de Ourense. También sobre otros lugares de Galicia y de España, pero aquí solemos llevarnos la peor parte debido a las pésimas condiciones en las que se encuentra el monte. La maleza seca y vieja que se extiende sobre miles de hectáreas de superficie abandonada a su suerte, se convierte en una gigantesca tea capaz de extender el fuego en minutos como si se quemase gasolina o aceite pesado.

            Quienes fuimos niños del rural en otro tiempo y criados en las proximidades del ferrocarril, guardamos una especial sensibilidad contra el fuego.

            Pese al paso de los años, la memoria personal recuerda con nitidez los sobresaltos que varias veces cada verano provocaba el tren que subía por Seixalbo tirado por una máquina de vapor, de cuya chimenea salían chispas de carbón en combustión, que si caían en lugar propicio, originaban un incendio en menos que canta un gallo.

            El dispositivo de extinción lo formaban entonces los vecinos, que iban dando la voz de alarma, de forma que en un abrir y cerrar de ojos nuestra berenguela parroquial- no lo es, pero tiene un sonido bien señorial- indicaba al movimiento voluntario que había que dejar de comer para tratar de apagar el fuego. El espontáneo dispositivo, tan voluntarioso como precario, tenía una eficacia por encima del noventa por ciento, gracias a la limpieza de los montes, hoy casi inexistente.

            La convivencia con el riesgo de incendio casi continuo hace pensar en las averías mentales que sufren quienes son capaces de plantar fuego, sabiendo del peligro potencial que genera y el daño que causan a la sociedad.

            Es difícil hallar razones de peso para que alguien plante fuego voluntariamente, por eso todavía es preciso concienciar a las masas de que con el fuego en el monte no se juega. Hay que tener presente que el sector forestal y la sociedad en general- la gallega y la ourensana en particular- claman en busca de soluciones estructurales más allá de motobombas en hidroaviones.

 

Lalo Pavón “La Región” (23 de agosto de 2013)

1.- Define las siguientes palabras extraídas del texto: sensibilidad, sobresalto, propicio, precario, eficacia.  Propón, si es posible, un sinónimo y un antónimo

      - En el texto podemos encontrar expresiones coloquiales. Señálalas e indica su significado.

2.- Resume el contenido del texto.

3.- Comentario crítico del contenido del texto.

4.- Analiza morfológicamente las siguientes palabras extraídas del texto. Indica también si son simples, compuestas, derivadas o parasintéticas: cada (año); llueva; ferrocarril; voluntariamente; ourensana.

5.- Localiza en el texto tres perífrasis verbales distintas y clasifícalas.

6.- Analiza sintácticamente los segmentos subrayados en el texto.

 

 

 

 

ESQUEMA

 

 

1.- La provincia de Orense arde cada mes de agosto.

    1.1.- A merced de los pirómanos.

    1.2.- Monte  descuidado y abandonado--> propagación rápida del fuego.

2.- Incendios de antaño

    2.1.- Originados involuntariamente por el tren.

    2.2.- Bomberos: los vecinos.

    2.3.- Montes limpios--> rapidez en la extinción.

3.- Plaga de pirómanos.

    3.1.- Trastornados e irresponsables.

    3.2.- Falta de concienciación social.

4.- Si se evitan los incendios no hay que apagarlos.

 

RESUMEN

 

       La provincia de Orense arde cada mes de agosto a manos de los pirómanos. La mala conservación del monte propaga con rapidez el fuego. Antaño los incendios eran producidos accidentalmente por el tren y los vecinos actuaban como bomberos con gran eficacia, gracias a la limpieza del monte.

       Solo un trastornado puede provocar semejante lacra. Se debe concienciar a una sociedad que pide evitar los incendios para que no sea necesario apagarlos.

 

 

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